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Al "Presi" se le para...

Los griegos también nos han dejado una enseñanza memorable: “Un pueblo sin humor es un pueblo sin futuro”. Pues bien, en muchos países donde la crisis es agobiante y galopante, la "chispa" humorística permanece encendida. Gente corriente con gustos y presupuestos diversos –estudiantes, obreros, ejecutivos, taxistas, almaceneros o bodegueros, deportistas, etc.– tienen algo en común: usan la más universal y cómoda prenda veraniega: la franela, remera o simplemente camiseta.

El toque de humor es que varias llevan un mensaje social revelador, sin censura. En la playa, una mujer embarazada viste una con el lema "En Construcción", y una gran flecha dirigida hacia su vientre. Al lado, su marido… con otra franela y dos palabras: "El Constructor".

Una atractiva muchacha que camina alrededor de una piscina lleva sobre su voluminoso pecho la siguiente inscripción: "¡Pídeme lo que quieras!". Cualquiera que se la cruza y se vuelve para contemplar sus otros atributos (como yo lo hice), leerá por detrás, casi llegando adonde la espalda cambia su nombre: "¡Eso no!".

Las leyendas expresan sueños, reivindicaciones, ideologías y responden a todos los gustos. Son como una especie de anuncios personales. Porque en esta época, la vida es un compuesto de nitrógeno, oxígeno y ¡publicidad!

Otros tantos lemas: "¿Qué estoy haciendo fuera de la cama?" (para los flojos o perezosos). "Por favor, ¡no respire mientras fumo!" (para fumadores). "Solo para tus ojos, ver en el interior" (para chicas seductoras y nada tímidas). "Asaltante de neveras" (para gorditos). “Soy exactamente lo que nadie está buscando” (para los feos… en sus intentos para llamar la atención). O “No necesito Google, mi mujer lo sabe todo”.

En fin… si de saber se trata, siempre recuerdo al chino Confucio, que nunca estuvo confundido en sus pensamientos: “Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe… he aquí el verdadero saber”.

Por ahí observé también una franela artesanal con doble mensaje... por delante: "Al Presidente se le para... ". Y por detrás: "La salud, la educación, el pueblo”.

No pude contener el aliento y exclamé: “¡Pobre Maduro! ¡Ni en las camisetas lo respetan!”. Ah, pensé en Maduro por nombrar uno entre tantos… desde Peña Nieto, en México, a Vázquez, en Uruguay.

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